Ser un buen profesional de la salud

Ser buen profesional de la salud tiene muchas definiciones, la definición que más abunda es la de los pacientes. Para ellos ser buen profesional es curar la enfermedad, ser honesto, escucharlos, entenderlos y explicar bien el diagnóstico y los diferentes tratamientos.  Hasta ahí estamos bien, pero no se habla del concepto que el profesional de salud tiene de sí mismo. Por ejemplo, derivar un paciente está mal visto. ¿Qué tiene de malo derivar un paciente a otro profesional de la misma área u otra?, al contrario, es positivo, es promover la colaboración transdisciplinar y el trabajo en equipo. El beneficiario directo es el paciente, no el profesional de la salud. No es cuestión de ego, es cuestión de la vida o la calidad de vida de las personas.  Por eso, no se puede abarcar todo, y es mejor derivar.

Entonces ¿para qué hay especialidades en la salud? No me malinterpreten, pero saber cuándo derivar y como normalizar es de profesionales inteligentes. 

 

Está bien derivar y hay que normalizar.

 

Hay varios ejemplos que puedo dar sobre todo en mi área, la Podología. Uno de ellos es frecuente: el/la traumatólogo que deriva al paciente al podólogo por una lesión en la planta del pie, y es cuando finalmente se soluciona el problema.  También pasa al contrario con resultados siempre positivos para el paciente.

 

Con este ejemplo podemos mencionar que, gracias a la derivación para la resolución del problema al paciente, intervinieron varios profesionales, y es por eso que aplicamos un segundo punto.

 

-La resolución de los problemas más grandes requiere de la actuación de varios profesionales.

 

 

No todas las personas que tratas solucionarán su problema de forma definitiva. En algunos casos porque no existe un tratamiento, en otros porque el paciente no lo desea. Lo que sí puedes hacer es mejorar su calidad de vida, por ejemplo, aliviando su dolor.

 

-Mejorar la calidad de vida también es curar. 

 

En el momento de diagnosticar o tratar a un paciente, no podemos tener en cuenta nuestros sentimientos, nos hacen perder objetividad. Entender que los problemas de los pacientes no son tus problemas es mucho mejor para el ejercicio de nuestro trabajo. 

 

-Nunca perder la objetividad.

 

Quisiera dar más contexto con el siguiente punto, pero iré al grano, porque pasa en mi área y seguro que en todas las de especialidades médicas. Tus servicios valen cada hora que pasaste estudiando, cada formación extra que hiciste, cada día que fuiste a la universidad y cada práctica sin ganarte un centavo. 

 

-Tus servicios valen y sobre todo vale dinero

 

 

Hablar sobre esto, no debería ser un tabú, ya casi nada es tabú.


A todas las personas que leyeron mi libro "Mercado sanitario" muchas gracias por hacerlo. Si lo deseas leer, puedes hacerlo Comprar libro








Autor: Andres Patiño (2022)

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